Reunificación hipotecaria: cuándo puede salvarte y cuándo es una trampa
¿Qué es exactamente una reunificación hipotecaria?
La reunificación hipotecaria consiste en unir varias deudas (hipoteca, préstamos personales, tarjetas, etc.) en un único préstamo hipotecario. Al estar garantizado con la vivienda, el nuevo préstamo suele tener un interés más bajo y un plazo más largo, lo que permite reducir drásticamente la cuota mensual.
Ejemplo habitual:
- Hipoteca actual: 550 €/mes
- Préstamo coche: 200 €/mes
- Tarjeta revolving: 120 €/mes
Total: 870 €/mes → Tras reunificar, puede quedar en 500-600 €/mes.
Hasta aquí suena bien. Pero ojo: no siempre es la mejor solución.
Ventajas: cuándo puede ser una tabla de salvación
La reunificación hipotecaria tiene sentido cuando:
- No llegas a fin de mes y necesitas reducir cuota urgentemente para evitar impagos.
- Tienes varias deudas con intereses altos (revolving, préstamos rápidos).
- Tu situación es temporalmente complicada pero preves estabilidad futura.
- El porcentaje de financiación no supera el 80% del valor de la vivienda (los bancos no asumen más riesgo).
Riesgos: cuándo puede convertirse en una trampa
Aunque suene como una buena idea, puede salir muy cara a largo plazo:
- Al alargar el plazo, puedes acabar pagando más intereses totales que si mantuvieras tus préstamos por separado.
- Hay gastos de notaría, tasación y gestoría, igual que en una hipoteca nueva.
- Al convertir deudas sin garantía en una deuda hipotecaria, pones tu casa en riesgo si no puedes pagar.
👉 En resumen: la reunificación da aire, pero te compromete durante más años.
Ejemplo real comparativo antes y después de reunificar
| Situación | Cuota mensual | Deuda total |
|---|---|---|
| Antes de reunificar | 870 € | 56.000 € |
| Después (plazo 25 años) | 520 € | 75.000 € |
Conclusión: ganas 350 € al mes, pero acabas pagando casi 20.000 € más en intereses.
Alternativas antes de dar el paso
Antes de lanzarte, plantéate estas opciones:
- Novación de la hipoteca: renegociar plazo o tipo con tu banco.
- Subrogación: cambiar la hipoteca a otro banco con mejor cuota.
- Amortización anticipada de deudas pequeñas.
- Carencia parcial para reducir temporalmente la cuota (ver artículo: Diferencia entre carencia parcial y total).
Conclusión: ¿merece la pena reunificar?
La reunificación hipotecaria no es mala en sí misma. De hecho, puede ser la mejor solución cuando el objetivo es evitar un impago inminente o ganar tiempo. Pero hay que entender bien el coste a largo plazo.
Si necesitas bajar cuota de forma urgente y no tienes otra vía, puede salvarte. Pero si puedes renegociar o ajustar gastos sin tocar la hipoteca, mejor.
¿Necesitas que analicemos tu caso?
No gestionamos directamente reunificaciones, pero colaboramos con brokers hipotecarios que pueden calcularte el antes y después sin compromiso para ver si realmente te compensa.
Este artículo es informativo y no sustituye asesoramiento profesional.
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